🔴 La vuelta a las citas médicas presenciales en los centros de salud de Benalmádena y en general de toda Andalucía está retrasándose más de lo esperado por Salud. Hace ya más de tres semanas que la Junta de Andalucía anunció que los centros de salud reanudarían sus actividad presencial para que «cualquier persona pueda visitar a su médico de cabecera o a su enfermera de forma fluida», según explicó el consejero Jesús Aguirre.
Pero la realidad contradice aquel compromiso; intentar contactar por teléfono con los ambulatorios sigue resultando casi imposible y la aplicación de Salud Responde tampoco permite agendar citas presenciales en la mayoría de centros. La Consejería ha recuperado únicamente una quinta parte de las consultas presenciales atendidas antes de la pandemia, unas diez por médico y día frente a las más de cincuenta despachadas antes de la crisis del coronavirus. El resto de citas se resuelven por teléfono, como reclaman los profesionales para establecer un cribado que evite aglomeraciones en las salas de espera.
El dominio de la atención telemática parece haber llegado para quedarse, o eso parece, la excusa de que no se vuelva a las consultas presenciales como antes de la pandemia es de que «no podemos permitir que se junten seis o siete personas en la sala de espera», pero si se permite en bares, restaurantes, y muchas otras actividades
Pero la escasez de citas presenciales no sólo obedece a la necesidad de evitar contagios. La falta de contrataciones, en una plantilla «bajo mínimos» que además se enfrenta a un proceso de resolución de las convocatorias de ofertas de empleo público y concurso de traslado que estaban pendientes y por el que los profesionales tienen derecho a coger días, lastra el funcionamiento de los centros de salud, donde la situación «es estresante».
La escasez de personal y la limitación de las citas presenciales ofrecidas provocan que los usuarios de Salud Responde rara vez encuentren hueco cuando quieren solicitar una consulta presencial en su centro.
La aplicación sólo ofrece el calendario de los siguientes catorce días. Tras la primera ola, sufrida especialmente en los hospitales, la tensión pasó a acumularse en la atención primaria, desbordada entre consultas telefónicas y presenciales, pruebas de coronavirus y labores de rastreo casi siempre inconclusas. Ni el Gobierno central ni las comunidades autónomas previeron el colapso del sistema. Comunicar un posible contagio y acceder a un test se convirtió entonces en un periplo de llamadas sin responder, esperas e incertidumbre. La crisis desatada por el Covid-19 también ha afectado al resto de patologías, aunque la pandemia no ha hecho más que visibilizar la situación límite que sufrían los centros de salud.
El COVID y la Pandemia creada en torno a él ha debilitado la parcela pública en Sanidad hasta unos límites que difícilmente se hace creíble que podamos recuperar lo que fuimos y lo más difícil de creer que quieran hacerlo.
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