Sanidad confirma la tercera dosis mientras el 99% de habitantes de los países más pobres sigue sin recibir la primera
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha sido tajante este viernes, en una entrevista en Ondacero, sobre si los españoles tendrán que vacunarse cada año contra el covid. Además, ha asegurado que "todo apunta" a que el Gobierno gestionará una tercera dosis de refuerzo, aunque no ha aclarado cuándo se producirá el pinchazo. El Ejecutivo ha suscrito contratos por importe de 1.800 millones de euros con Pfizer y cerca de 480 millones con Moderna para recibir dosis de vacunas en 2022 y 2023. Sin embargo, aún no existe la evidencia suficiente de que esta tercera dosis será necesaria. Es probable que sí, por la naturaleza mutante de los coronavirus y por la caída natural de los anticuerpos, aunque los inmunólogos tienen muchas esperanzas puestas en las células T o asesinas, que recuerdan al virus y lo atacan sea cual sea la variante. Las ONG, mientras tanto, se llevan las manos a la cabeza por la profunda inequidad de que el Norte Global hable de vacunas que, por ahora, no hacen falta mientras el Sur Global suplica por una campaña de inmunización a la altura.
¿Hará falta una tercera dosis contra el covid? Probablemente. ¿Se sabe al 100%? No. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no se ha pronunciado al respecto, al igual que todas las instituciones sanitarias globales, que siguen estudiando el asunto y que prefieren centrar sus esfuerzos en completar la pauta actual a nivel global para frenar el paso a la variante delta. Las sospechas vienen porque, generalmente, la respuesta inmunitaria –tanto natural como inducida– decae, pero aún se desconoce cuándo pasa y cómo pasa. Además, el sistema inmune no funciona solo con los anticuerpos: las células T son las responsables de que las vacunas funcionen bien contra cualquier variante (por ahora) y su memoria es mucho más duradera.
Ahora mismo, desde luego, no hay necesidad, a pesar de lo que están haciendo tanto Israel como Hungría, que ya han empezado con los terceros pinchazos. La pauta completa de las vacunas actualmente en el mercado previene contra la variante delta, según se ha encargado de recordar de nuevo este viernes el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, siglas en inglés) en un nuevo informe. Sin embargo, los inmunólogos temen que llegue un nuevo conjunto de mutaciones que sí escapen de los sueros. Todavía no ha pasado, pero puede pasar. La tercera dosis se reconfiguraría para combatir mejor a las variantes en circulación, un proceso relativamente sencillo de llevar a cabo en el caso de los productos basados en ARN mensajero.
Además, la vida real –fuera de los ensayos clínicos– ha demostrado que la inmunidad de grupo (70% de vacunados con la pauta completa, aproximadamente) no es suficiente para cortar del todo la transmisión del virus. Los inmunizados se contagian menos, y raramente sufren cuadros graves, pero se contagian y pueden pasar el patógeno a otras personas: sobre todo bajo el dominio de la variante delta, ya predominante en muchas comunidades autónomas. El SARS-CoV2 se esfuerza en mantenerse vivo y en movimiento entre los tramos etarios sin inmunizar. Por lo que una caída generalizada de los anticuerpos podría poner en problemas a cualquier población. Pero esto es lo que se cree, no lo que se conoce con certeza. Faltan estudios y falta experiencia sobre una pandemia que ha demostrado varias veces ser difícil de predecir.
Los grandes interesados en la tercera dosis son Pfizer y BioNTech, los ganadores de la carrera por la vacuna. Su producto funciona de manera excelente, lo que ha disparado los beneficios de ambas empresas. La enorme cantidad de dinero que manejan no les ha hecho más generosos: Comirnaty es la vacuna menos frecuente en el programa Covax dirigido a países de ingresos medianos y bajos, y las farmacéuticas se niegan de manera insistente a compartir su tecnología para aumentar la producción. Evidentemente, tampoco quieren oír hablar de una suspensión temporal de patentes, como planean decenas de países en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Pero sí que están impulsando la tercera dosis, con poca evidencia de su parte pero con muchos intereses económicos detrás: les sale más rentable seguir haciendo negocios con los países ricos, que pagan generosamente cada vial.
Las organizaciones no gubernamentales no se oponen a una tercera dosis. Sí se oponen, al igual que la OMS, a gestionar de manera generalizada un tercer pinchazo mientras los más pobres siguen con tasas de vacunación ridículas. En primer lugar, por una cuestión de justicia evidente. En segundo lugar, por un argumento más pragmático: un mundo a dos velocidades tendría repercusión en la economía global. También en la salud global. Los especialistas creen que la mejor manera de evitar que surjan variantes potencialmente peligrosas no es hacer una vacuna por cada mutación, sino inmunizar a todo el planeta para que el virus ya no tenga escapatoria y se avance, si no hacia una erradicación muy difícil, hacia una normalidad real.
En ese sentido se ha manifestado este viernes, al conocer la noticia, Médicos sin Fronteras España. "Dado que solo el 1% de los habitantes de los países de bajos ingresos ha recibido al menos una dosis de las vacunas covid-19 de los más de 3.600 millones de dosis administradas en todo el mundo, y con el telón de fondo de 4 millones de muertes y la variante delta fuera de control, sería inconcebible ofrecer a las personas ya totalmente vacunadas otra dosis antes de proteger a más personas con la primera. Además, todavía no existe consenso entre los científicos y los expertos sobre la necesidad inminente de refuerzos, por lo que cualquier decisión de ofrecerlos es prematura".
"Los gobiernos ricos no deberían dar prioridad a la distribución de terceras dosis cuando gran parte del mundo en desarrollo ni siquiera ha tenido la oportunidad de recibir sus primeras vacunas contra la covid-19", aseguró, en el mismo sentido, Kate Elder, asesora principal de políticas de vacunas de la Campaña de Acceso de MSF.
España no pondrá la tercera dosis ni mañana ni pasado: Darias no ha dado una fecha y la lógica indica que, como mínimo, la nueva campaña de vacunación arrancará en 2022. Sin embargo, "todo apunta" a que se hará. El país, en sintonía con la Unión Europea y a pesar del apoyo de Estados Unidos, sigue negándose a una liberación de patentes que ayude a un acceso global a la vacuna. Ha pedido, sin embargo, aumentar unas donaciones poco útiles dada la fecha de caducidad y las reticencias de los más vulnerables a aceptar limosna: también pide fomentar la cesión voluntaria de tecnología. En la actualidad, ninguna de esas dos actuaciones está logrando reducir la brutal brecha entre los que ya salen de la pandemia y los que no ven el final.
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