El COVID Symptom Study advierte de que la protección contra las infecciones del coronavirus en personas que se han vacunado con Pfizer y AstraZeneca podría disminuir a los seis meses de recibir el segundo pinchazo.
Según ha mostrado la investigación Zoe Covid, tras los primeros estudios de la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech, que llegaba a proteger al 88% de las personas que se habían puesto ambas dosis, ha habido un impacto negativo, reduciendo las probabilidades de eficacia.
El estudio asegura que la protección sólo se mantiene en tres de cada cuatro personas que han completado su pauta de vacunación con las dos dosis de Pfizer a los seis meses de haber recibido el segundo pinchazo. Unos datos que asegurarían que el 26% de las 45.004.518 personas que han recibido las dos dosis de la farmacéutica, podrían tener menos protección contra el virus a los seis meses.
Una disminución en la protección que, a pesar de los nuevos informes, sigue siendo muy superior a la de la vacuna desarrollada por AstraZeneca, la cual pasó del 77% a un 67% de eficacia . Algo que podría estar influenciado por la llegada de nuevas variantes, como es el caso de la variante delta.
Los expertos han asegurado que, en el peor de los casos, tras los estudios de casos positivos de personas vacunadas, la protección de las vacunas podrían caer, en navidades, por debajo del 50% en las personas mayores y los trabajadores sanitarios que se vacunaron a principios de año.
Las diversas incidencias ocurridas con las vacunas han puesto en evidencia ante la opinión pública lo que es el modo habitual de funcionamiento de la Big Farma. Generalmente la investigación se realiza en gran parte utilizando fondos públicos (en el caso de las vacunas más del 90% de la inversión la ha realizado el sector público), luego las empresas patentan las vacunas como si las hubieran realizado ellas solas, y de inmediato les colocan precios abusivos (se calcula que el precio de venta de las vacunas esta entre 6 y 10 veces su precio de coste de producción), luego negocian sin transparencia alguna ocultando a la ciudadanía, que a la postre es la que las paga con sus impuestos, al menos en los países más potentes económicamente, los intríngulis de los contratos, los precios y las condiciones en que estos se realizan. Para mayor escarnio, en cuanto tienen una oportunidad, a pesar de haber recibido el dinero antes de entregar las vacunas, aprovechan para vender a precios mas altos l
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